Anplaged

Hoy no vi casi nada de tele. Encendí a la mañana para ver la temperatura y me encontré con el cónsul de Sao Paulo que no quería confirmar que había un argentino entre los muertos del desastre de Congonhas, por expreso pedido de la familia que al parecer no había podido informar a todos los que tenía que informar, pese a que TAM había dado la lista de fallecidos.

Luego apagué y nada más.

Abro el mail recién y encuentro un mensaje del ojo avizor que dice indignado:

"Hoy a las 9.53 volvieron a sonar las sirenas como hace trece años atrás (sobre el hace o el atrás)". Así con una burrada comenzó la esposa del director del noticiero, María Laura Santillán, la demagógica edición de Telenoche frente a la AMIA. Y unos segundos después, el nono Biasatti, sin telepronter no pudo decir la frase "continuaremos desde la puerta de la AMIA". Patinó, resbaló.

Y pensar que les pagan cientos de miles por mes por leer una tele pequeña. Pero el día que no la tienen, muestran lo que son.

Imagino que la tele y en menor medida la radio deben haber repartido el día en repetir los discursos del acto oficial de la mañana, contar mal las historias de vida que rodean a la tragedia del lunes 18 de julio de 1994, en caer en todos los lugares comunes en los que caen desde hace 13 años y en mediatizar un dolor que debería ser privado en gran parte.

¿A nadie se le ocurrió/e hacerle investigar a Menem, a Corach, a Galeano, a Beraja, a nadie se le ocurrió encarar una investigación periodísticia seria que ponga blancos sobre negros?

Es más fácil cachar la cámara, encender y decirle "señora, cuentenos qué pasó aquel día" y que el dolor ajeno fluya como un manantial entre las piedras.