Marcelo Longobardi recibió en su último programa al jefe de Gabinete Alberto Fernández con el testimonio de una española que no alcancé a ver quién era que hablaba de la relación entre los políticos y la prensa.
Ella consideraba que si los dirigentes no accedían a las demandas de los periodistas, éstos no debían requerirlos. Dio como ejemplo el caso de un catalán que se negó a responder una pregunta y eso generó que todos los cronistas presentes se retiraran y no volvieran sobre él hasta que lograron el compromiso de que respondería todo los interrogantes.
"¿Por qué Cristina no habla con los medios", arrancó Longobardi. "¿Cómo que no habla? Ha dado entrevistas en México (CNN) y dio un reportaje a Joaquín Morales Solá que salió el domingo pasado en La Nación. Recién arranca la campaña", retrucó Fernández que siempre tiene para el tanto y también para el truco.
Longobardi no contraatacó con el tema con por ejemplo los desplantes abiertos y nada sutiles que le hizo la senadora a la prensa porteña enviada a Madrid, la falta de conferencias de prensa con agenda abierta de los funcionarios ni el manejo discrecional de la pauta publicitadia y la elección de periodistas para los diálogos habidos y en el que el propio empleado de Daniel Hadad quedó raleado tal vez porque es más empresario que periodístico.
Lo cierto es que no parece que el Gobierno de K cambie la actitud con la prensa y que la prensa no parece reaccionar con inteligencia y vehemencia porque está claro que se prefiere ir por la exclusiva, la individual.
Mientras Cristina reciba a "Joaquín", a "Eduardo", a "Mario", a "Horario", no hay nada de que quejarse.
No esperemos nada de los acreditados en Casa de Gobierno, todos parte del paisaje y a la postre empleados de esas empresas que se conforman con el mano a mano.
Por otro lado creo que también es evidente que el Gobierno prefiere comunicar con el discurso, que midió en encuestas lo que la gente quiere escuchar y, en especial, que el mantener a raya a los periodistas y tener ellos la sartén por el mango les rinde más frutos que a la inversa.
Para decirlo más claro: en la Casa Rosada están seguros de que la gente que les da el voto prefiere un Gobierno más poderoso que la prensa.
"La española" a la que te referís es Pilar Rahola, ex vicealcaldesa de Barcelona y, en sus orígenes previos a la política, periodista.
ResponderEliminar"en la Casa Rosada están seguros de que la gente que les da el voto prefiere un Gobierno más poderoso que la prensa."
ResponderEliminartodo un editorial. te felicito.
jorge
Y vos qué creés, que la gente quiere un vivir en un país donde la prensa sea más poderosa que el gobierno?
ResponderEliminarpor el nivel que hoy tiene la prensa de nuestro país, ojalá que nunca la prensa tenga mas poder que la clase dirigente porque nos comportaríamos, como sociedad, permanentemente como la gata flora...
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