Es el intendente de Bahía Blanca, el kirchnerista Cristian Breitenstein, quien lejos de arrepentirse de haber afirmado que "un menor con armas y drogas no es una persona a ser formada, es un delincuente", ratificó los dichos.
"No me arrepiento de nada y, es más, lo ratifico y me mantengo en lo que dije. Hay que empezar a poner blanco sobre negro en algunas cosas, aunque está bien que se haya generado una polémica, porque así sabremos cómo se opina. A veces, tenemos una visión muy sesgada, por pseudoideologías que no nos permiten ver la complejidad de la realidad.
"Trabajamos en materia de prevención de la salud, en cómo cambiamos hábitos y evitamos que la drogadicción siga avanzando, sumando tareas educativas y de capacitación en todos los niveles de gobierno, pero, mientras tanto, no podemos desproteger a la gran mayoría de la sociedad, que está siendo víctima de algunos sectores que no pueden ser reconvertidos", agregó.
El aliado presidencial consideró que los automatismos que implica la imputabilidad a una determinada edad, "hacen que, automáticamente, un menor que delinque con armas y está vinculado a la drogadicción requiera un apartamiento del núcleo social para poder reconvertirse, porque no puede volver a la calle o a la familia".
"Esto no pasa por una discusión ideológica -aclaró-, porque Chile tiene una edad de inimputabilidad de 12 años, igual que Paraguay, mientras que Brasil acaba de bajarla a los 14. En Europa, este debate se abrió hace 25 años y países como Italia, Noruega, Suecia o Alemania demostraron que no es incompatible una política derechos humanos con una de seguridad donde reine la autoridad".
"Cuando no funcionan las políticas de prevención, hay que articular políticas restrictivas que impidan que la sociedad viva en una situación de desprotección, mientras un grupo minoritario, en el que la droga o el paco están permanentemente instalados, comete delitos. Hay que dejar a un lado los dogmatismos y ver las cosas con realidad. Hacemos de discusiones instrumentales una discusión ideológica, y lo que los vecinos necesitan es protección e ideas claras y concretas", señaló.
Me suena re PRO.... no?
ResponderEliminarQué lindo escuchar a este muchacho. Habría que decirle que en Brasil las tasas delictivas son astronómicamente más altas que en Argentina, lo que evidencia que la baja en la edad de imputabilidad no incide.
ResponderEliminarY agrega otro buen ejemplo: La edad de inimputabilidad de Chile y Paraguay es la misma, 12 años. Si comparamos los índices de delincuencia de ambos países queda en evidencia que nada cambia con mover el numerito de la edad.
La conclusión es que quienes se dicen "desideologizados" son los que más aplican alguna clase de ideología a sus PROpuestas.
Es cierto, acabemos con el dogmatismo de considerar que una persona de 12 años en un chico, cuando en realidad es un adulto que ya debería ir a trabajar, ya sea a la zafra, la vendimia, la fábrica, el garito o el piringundín. Es decir: bajemos la edad de imputabilidad y, de paso, desterramos el trabajo infantil, que el trabajo es salud, tengas 80 o 12 años. A laburar, vagos, o si no, en cana. Va a estar bueno...
ResponderEliminarAriel, totalmente de acuerdo. Si me permitís, te olvidaste de algo: en este país no labura el q no quiere!!! por eso hay tanto vago suelto q hay q "domar"...
ResponderEliminarEl cinismo de Breitenstein no tiene límites: decreta el fracaso de políticas de prevención inexistentes para justificar la imposición de políticas restrictivas hacia una de las franjas más desprotegidas: los chicos, pre y adolescentes!!!