viernes, 27 de abril de 2007

Complicidad

Sostiene Fernando Ariel Carrera que el 25 de enero de 2005 circulaba con su Peugeot 205 y al llegar a un semáforo de la esquina de Del Barco Centenera y la avenida Saenz fue interceptado por Peugeot 504 oscuro. Del auto se bajó "un sujeto de barba y pelo largo esgrimiendo un arma de fuego y apuntándome directamente, tras lo cual, creyéndome víctima de un robo o quizás un secuestro, intento evadir el ataque girando a la izquierda y acelerando al momento que escucho las detonaciones y un proyectil que me alcanza en el rostro haciéndome perder la conciencia de inmediato...".

Sostiene Fernado Ariel Carrera que luego se despertó "arriba de una ambulancia, con una doctora atendiéndome y un bombero golpeándome en la cabeza y diciéndome que era un hijo de puta que no merecía vivir, que no me había importado la vida de nadie...".

Sostiene Fernando Ariel Carrera que es inocente. Que la Policía lo confundió con un ladrón miembro de un grupo que escapaba de una salidera bancaria y que los uniformados -de uniforme y civil- balearon a mansalva el automóvil hasta que el plomo que lo dejó inconciente le hizo perder el control del volante y arrollar a un niño de seis años, la mamá del menor y una segunda mujer, todos muertos por las heridas causadas en el atropellamiento.

Sostiene Fernando Ariel Carrera, de 29 años y padre de tres hijos, que nada tiene que ver con los robos que se le adjudican y que entonces miembros de la comisaría 34 y 36 le plantaron un arma para simular un tiroteo inexistente.

Carrera comenzará a ser juzgado de manera oral y pública el próximo jueves. La familia y algunas instituciones de derechos humanos empezaron la campaña de difusión para proclamar la inocencia de este repartidor de productos de gomería, preso desde hace más de dos años.

Paradojas de la prensa argentina: los mismos medios que compraron la versión policial que sindicaba a Carrera como delincuente experto en bancos que mató en su loca huída a tres inocentes, ahora serán eco de la campaña que dice todo lo contrario y que la Policía miente.

No será la primera vez que la Policía miente y planta un revólver trucho.

No será la primera vez que la prensa (Crónica TV, Clarín, Canal 26, La Nación), tras haber comprado todo lo que dice la Policía sin chequear con testigos, la Justicia, la familia del acusado y de las víctimas, luego se hace la boluda cuando la Justicia termina por desarmar esas mentiras policiales.

La historia completa en este blog.

3 comentarios:

  1. La primera vez que oí la expresión "la industria del garrón" fue hace unos cuatro meses, en boca de Ricardo Ragendorfer. Fue más o menos por la fecha en que una manifestación popular sacó de prisión al albañil/pintor que le quisieron adjudicar el crimen de Nora Dalmasso.
    Lamento no haber seguido en su momento este caso de Pompeya, que ahora se presenta como un sol que algunos pretenden tapar con sus manos (que sigue tapado, porque si bien las empresas periodísticas intentan taparlo al desdecirse, otros lo logran: "el cogollo", ese sector "anónimo" que siempre zafa porque goza de inmunidad de facto).

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  2. El programa de Tognetti, Blog, se ocupo del tema, fue el unico que lo hizo en la TV abierta. Incluso fue y lo entrevisto en la carcel.
    Fue una causa armada.

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  3. El tema de las causas armadas siempre cuenta con la complicidad por conveniencia o desidia de los medios que reproducen la información falsa.
    Sobre el tema recomiendo el informe Rafecas, elaborado por el actual juez cuando trabajaba en la Procuración.

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