Caraduras

Desayuné sorprendido este miércoles este editorial que transcribo. Las negritas son de ellas, las cursivas son mías. Más comentarios debajo.

"No es poco orgullo haber llegado a los 90 años de vida y seguir en la lucha con la misma pasión del primer día, rumbo a los siguientes 90.

Pero sería egoísta no compartir ese aniversario con todos los que, tan añejos o más que nosotros, o más jóvenes, o nacidos hace poco, están en la misma ruta, con el mismo esfuerzo, la misma esperanza de contribuir a un país mejor, y siguiendo las dos premisas esenciales de esta profesión: la ética y la búsqueda de la verdad.

Nosotros y ustedes, la prensa libre e independiente, consagrada y defendida por todas las Cartas Magnas de los países civilizados, y tantas veces amenazada y hasta cercenada por las dictaduras y los autoritarismos, tenemos, por vocación y definición, una enorme responsabilidad y la obligación de ejercerla cada día, más allá de trabas y presiones: defender los valores republicanos, afirmar la democracia, bregar por una Justicia independiente, propender al bien común y al respeto por las minorías y oponerse sin temores a todo proyecto que atente contra esos valores.

En nuestro país, y también en el mundo, esa tarea no ha sido fácil ni gratuita. Ha costado mil sinsabores, y lo que es peor, muchas veces ha costado vidas.

Pero, remitiéndonos a las palabras de Cristo a Pedro ("Sobre esta piedra edificarás mi Iglesia, y las puertas del infierno no prevalecerán"), cada día debemos poner una piedra sobre la primera, la fundacional, y edificar, desde nuestro mensaje directo o indirecto, el sólido e indestructible edificio de la libertad.

Porque sólo en ella vivimos, respiramos, soñamos y hacemos nuestra labor de cada día, tratando por todos los medios de cumplir las sabias premisas del Acta de Chapultepec, el luminoso documento redactado en México en 1945, que desde entonces estableció los derecho, la libertad y la sagrada misión de la prensa.

Bueno es recordar sus palabras cada día, aun en el tráfago, la premura y el nervio de nuestro trabajo.

Y especialmente recordarla hoy, cuando Atlántida cumple 90 años -casi un siglo- y saludar a todos los colegas (diarios, revistas, radios, canales de tevé) con la alegría de la celebración y el mandato del noble compromiso que tenemos sobre nuestras espaldas. A todos nuestros colegas, el mejor de los abrazos".

Esta editorial está en la última edición de la revista Gente y me parece de una caradurez grande como el edificio de Editorial Atlántida, donde se pergeñaron no sólo maniobras que atentan contra cualquier ética (recuerdo ahora la famosa foto de Balbín convaleciente que es uno de los fallos más famosos en favor de la ética periodística) sino campañas como la de defensa de la última dictadura militar y todos los crímenes que cometieron, no sólo a través de Gente sino hasta en Para Ti y Billiken.

No son caraduras, son hijos de puta.