Periodismo botón

Clarín, La Nación o Chiche Gelblung suelen caer con frecuencia en el periodismo botón; aquel que denuncia mal o de manera incompleta cuestiones intrascendentes o irrelevantes como la venta informal de comida al paso, los trapitos/cuidacoches, la mafia de los panchos o los mendigos que se instalan sobre la 9 de julio o Del Libertador.

Hoy, el diario fundado por el ex militar y ex presidente Bartolomé Mitre se mete con los puestos ubicados en una franja de la costanera "que no cuentan con permiso para el expendio de hamburguesas cocidas, choripanes, salchichas y distintos cortes de carnes".

Un clásico de Gelblung llevado a las páginas del matutino centenario, que consideró ese tema más importante que la denuncia de la federación internacional de controladores de aire para que se baje la frecuencia de vuelos en la Argentina a fin de evitar un accidente aéreo que ocasionaría más muertos que la ingesta de un choripan.

Pero lo llamativo del artículo -que cuestiona unos 45 comercios informales- es que informa recién en el anteúltimo párrafo que la ciudad tiene 80 inspectores para control bromatológico sobre unos 100.000 locales gastronómicos, que seguro son igual o menos limpios que los puestos de Cacho o Zuleman, según se veía en el programa de Ennio Carota.

Además, ¿qué sentido tiene denunciar menos de 50 puestos no habilitados que seguro hoy serán clausurados, si se reinstalarán en días más?

¿Por qué no detallaron qué encontraron los inspectores o si realmente hacen controles o por qué Telerman, Ibarra o De la Rúa no dotaron a ese sector de más funcionarios?