miércoles, 28 de febrero de 2007
Despidos en Ciudad
Bueno, parece que con el final de febrero comenzaron los rajes. Al parecer sería cinco empleados de Ciudad, dos de ellos históricos. La explicación oficial es que con la fusión de los cables Multicanal y Cablevisión dejó de entrar dinero y bla bla bla.
Periodismo puro
Este jueves a las 12 harán una asamblea para decidir los pasos a seguir.
Por la tarde, unos 120 trabajadores habían cortado Chacabuco para hacer un poco de ruido.
Actítud Buenos Aires en Radio Ciudad
-Equiparación salarial de todos los trabajadores/as acorde a la función desarrollada (a igual tarea, igual salario)
-Pago inmediato de los salarios atrasados
-Pase a planta permanente de todos los trabajadores/as que están encuadrados bajo las modalidades de contrato de empleo público y locación de servicios
Queremos dejar constancia de que la Dirección de la Radio, a cargo del Sr. Rodolfo Mascali, mediante presión directa hacia los trabajadores, no permite la lectura al aire del comunicado de la asamblea. Por lo tanto, les solicitamos la mayor difusión posible.
DELEGACIÓN GREMIAL
SUTECBA
(para saber más de Rodolfo Mascali se puede consultar esta bella crónica)
Esto pasa ahora
martes, 27 de febrero de 2007
Arde Chacabuco 271
El fuego no sólo es por el aire acondicionado que no funciona hace semanas sino el estado de efervescencia gremial entre los empleados que recibieron una propuesta insólita de la empresa que conduce Alberto Fontevecchia y su hijo Jorge.
La editorial que pregona ética y calidad periodístca ofreció aplicar los requeridos ajustes de sueldos escalonados a partir de abril de entre el 5 y el 13 que entre lo retroactivo y otros cálculos redunda no en un incremento sino en una ¡¡rebaja de los salarios!!.
Hablamos de sueldos que oscilan entre los 800 y los 1200 pesos.
Hoy se realizó una larga asamblea donde las propuestas no eran precisamente conciliadoras y la oferta se consideraba de una cargada para abajo.
Fontevecchia, a todo esto, dijo en la reunión de edición del diario que no los sacarían del mercado y que a lo sumo se achicarían.
¿A quién se referirá con los que lo quieren sacar del mercado? ¿Al Gobierno, a los anunciantes que no pautan, a la competencia o a los laburantes?
¡¡Ampliaremos!!
PD: Lo de que el aire no funciona excepto algunos pisos es porque no sé si sabían que Fontevecchia hijo le alquiló el 5 y 6 piso de Chacabuco a la empresa Atento (el call center de Telefónica). Como los pibes están más sindicalizados que los periodistas que laburan en el resto de edificio y tienen un sindicato detrás que no es precisamente la aletargada UTPBA, a los dos días sin aire patalearon y la empresa de capitales españoles les puso un aire en esos dos pisos.
Bien vestidos
¿Qué quiere decir bien vestidos? ¿Traje Boss, corbata Versace, bermudas Polo Ralph Lauren?
Que lo pasen en la TV o la radio vaya pase.
Pero que algunos diarios de gran tirada lo repitan sin darse cuenta de la pelotudez que implica me parece que está mal.
Obsequios
DsD -que le da crédito a este blog "anónimo"- confirma sin embargo que dos de los 20 destinatarios de la coima la rechazaron y que ambos forman parte del Foro de Periodismo Argentino (FOPEA), cuyo código de ética mentaron para fundamentar por qué declinaban el ofrecimiento espurio.
Dice el artìculo 27: "Deben rechazarse los regalos y atenciones que pudieran ofrecerse como resultado de su trabajo o sus conexiones profesionales. Corresponde devolver al remitente los regalos con una explicación sobre los principios de ética periodística que impiden aceptar cualquier tipo de retribución de terceros. Podrían exceptuarse de esta regla los obsequios de cortesía, siempre que su valor no exceda los 30 dólares estadounidenses".
El sitio DsD habló con la empresa involucrada, que sin embargo no quiso hacer comentarios. Es obvio que si todo fuese mentira se hubiesen preocupado de desmentirlo.
FOPEA se niega a decir quiénes son esos dos colegas "éticos".
La semana pasada también se había planteado en este blog si un periodista debe recibir regalos. Hay algunas opiniones interesantes.
También en la web hay cosas interesantes. Algunos detalles de la experiencia española en un blog y un periodista argenitno que dice especializarse en tecnología y que agradece en público los regalos que le enviaron por el día de la muerte de Mariano Moreno.
lunes, 26 de febrero de 2007
Sobre los errores y los correctores
El periodismo encaja mal las críticas. Tiene, como algunos buenos boxeadores, la mandíbula de cristal. Y por eso se protege. Los que tanto opinan, analizan, matizan, critican, reprueban, alaban y juzgan a los demás lo hacen, a veces, con faltas de ortografía. Y llegan los lectores, apasionados o no, y preguntan: ¿qué explicación tiene que este problema no se haya resuelto o, al menos, paliado cuando viene siendo criticado desde hace años, Defensor del Lector tras Defensor del Lector? ¿Cómo es posible tanta incuria, tanta dejadez y tanto descuido, tanta indiferencia, en suma?
Digo esto porque me lo escriben los lectores, porque la queja más reiterada que se recibe en el Defensor del Lector sigue siendo la relativa a la cantidad de errores, erratas o faltas de ortografía que aparecen en el diario. La relación de lectores que en estos meses han hecho llegar sus quejas sería larga, y los ejemplos, muy variados. Confieso que es un tema incómodo para cualquier periodista que admita que el idioma es nuestra principal herramienta de trabajo. Y lo malo es que el problema se acepta con una cierta, aunque incómoda, resignación. Como si fuera inevitable. Algo así como los accidentes de tráfico.
Recojo arbitrariamente algunos nombres de lectores que han hecho llegar sus quejas: Francisco Javier Álvarez García, con más de quince años de correspondencia con distintos defensores del lector; Fernando Corbalán, profesor de matemáticas y divulgador, que escribió sobre los errores que aparecen en gráficos, estadísticas y porcentajes. Una relación, en fin, descuidada con las cifras y los números.
El tono de las críticas no siempre es mesurado, pero tal vez la carta de Ricardo Génova resume el espíritu de la mayoría: "El motivo de mi correo es transmitirle mi malestar ante las continuas faltas de ortografía que se cometen en EL PAÍS desde hace algún tiempo. Creo recordar que hace un tiempo esto no ocurría, pero tengo que decir que últimamente se hace complicado leer un artículo sin encontrarse, además de con numerosos errores tipográficos, con inconcebibles faltas de ortografía".
"Creo que este tipo de errores son inaceptables y le restan calidad al diario. Además, creo que con los correctores lingüísticos de que disponen las aplicaciones informáticas actuales son fácilmente subsanables, lo que no exime a los redactores de la obligación de tener un mayor conocimiento de la ortografía de nuestra lengua y, por lo tanto, de no cometer estos errores".
El problema de los errores y las erratas es obviamente mayor en las primeras ediciones. En las siguientes se van corrigiendo. Y son los lectores de esas ediciones -Europa y Nacional- los que más quejas presentan.
Pero la pregunta que formulan los lectores sigue sin ser respondida. ¿Es éste un problema que no tiene solución? ¿Qué medidas se toman para paliar el problema?
El Defensor ha hecho una pequeña encuesta entre redactores, editores y correctores en busca de respuestas y lo que ha encontrado básicamente han sido explicaciones o, sencillamente, excusas. Pero también alguna sospecha y una duda. ¿Está descendiendo el nivel de formación de los periodistas, pese a haberse elevado a rango universitario los estudios de periodismo? ¿Podemos los periodistas, los periódicos, prescindir de los correctores?
La primera y obvia explicación y, posiblemente, única excusa para este problema es la urgencia. Se escribe deprisa, al límite del cierre de la edición. Los nuevos sistemas informáticos permiten al periodista apurar al máximo los plazos de entrega de sus textos. Esta costumbre, no siempre justificada y que a veces lo único que esconde es una deficiente organización del trabajo, propicia que se escriba con más erratas y errores.
Los nuevos sistemas informáticos cuentan con correctores lingüísticos y cualquier redactor puede, en pocos minutos, someter su texto a prueba. Pero, evidentemente, ningún sistema automático garantiza la limpieza del texto. Corrige los errores de bulto, ofrece alternativas, pero exige un poco de atención. Jamás distinguirá entre "sabia", "savia" y "sabía" y deberá ser el periodista el que tome la decisión.
¿Podemos los periodistas vivir sin correctores profesionales, esa red de seguridad que cada día se hace menos tupida, ese gremio que parece condenado a la extinción?
La respuesta empresarial es que los periodistas deben ser correctores, que es inaceptable que un profesional cualificado pida auxilio para que alguien limpie su trabajo u oculte sus carencias.
Este Defensor tiene dudas. La existencia de una sección de corrección no exime a los redactores de la obligación de tener un mayor y mejor conocimiento del idioma; no puede ser ni excusa ni coartada para la negligencia profesional que supone escribir con faltas. Los periodistas debemos asumir nuestras obligaciones y aceptar que se nos exijan responsabilidades. Lo que está en juego es la calidad del periodismo, la calidad del diario, una condición esencial para competir con otros medios, no sólo escritos. Los correctores han sido y son una garantía de que el talento que puedan contener las páginas del diario no se vea empañado por erratas y errores. Los que tenemos que corregir el problema somos los periodistas y la única solución, en mi opinión, es la disciplina que en este país siempre se ha tomado más como un castigo que como una virtud.
jueves, 22 de febrero de 2007
Gancho
¿Un periodista debe recibir regalos?
Ninguna empresa hace beneficiencia y si la hiciera es obvio que no deberían ser los periodistas los beneficiados.
Está claro que cuando una empresa regala algo, así sea una lapicera o un pasaje, quiere comprar voluntades, buen trato, comodidad y tranquilidad en el presente y a futuro. Y algunas compañías no hacen obsequios, pero pautan y creen que con eso ya tienen derecho para dirigir la línea editorial.
¿Exagero? No.
miércoles, 21 de febrero de 2007
Dos preguntas
¿Vos qué hubiese hecho?
Magnetto le contesta Fontevecchia
Dice la misiva (que por primera vez se colgó en la cartelera interna de la redacción de Tacuarí):
Clarín invierte para seguir creciendo sostenidamente
La semana pasada regresé a Buenos Aires y me reintegré a mi oficina en Clarín, tras un viaje al exterior en el cual combiné mi período de descanso con un tratamiento médico. Allí me realizaron una operación planificada, que se llevó a cabo satisfactoriamente. Tras el período de recuperación recibí el alta y retorné al país. Como efecto asociado, la intervención realizada produce una afectación en la dicción, situación que no altera, en modo alguno, mi tarea al frente del Grupo Clarín.
Durante mi corta estadía en el exterior, he seguido paso a paso tanto la gestión cotidiana como las cuestiones estratégicas que hacen al desarrollo del Grupo, que apunta a seguir creciendo sustentablemente tanto puertas adentro de la Argentina como más allá de sus fronteras.
Los cuatro accionistas mayoritarios (Sra. Ernestina Herrera de Noble, Sr. José Antonio Aranda, Sr. Lucio Rafael Pagliaro y yo mismo) estamos comprometidos con este proyecto.
Lideramos una compañía argentina que, tras superar una de las peores crisis económicas del país, vuelve a ser reconocida como uno de los principales grupos de medios de comunicación de habla hispana. Y a ser valorada como alternativa de inversión por prestigiosas firmas internacionales.
Acabamos de realizar importantes inversiones en nuestros medios gráficos y audiovisuales, fortaleciendo su oferta de contenidos. Nos proyectamos en el escenario de la convergencia tecnológica. Asumimos nuevos emprendimientos que aumentan la participación nacional en el sector, como la edición de libros y revistas o el desarrollo del mercado regional de cable e Internet, buscando expandir la digitalización y la banda ancha.
Nuestra esencia está garantizada por la titularidad de la mayoría del capital en cabeza de los accionistas tradicionales, la conducción gerencial, la línea editorial y, sobre todo, por los valores que nos guían desde hace 62 años: independencia económica y periodística, credibilidad, pluralismo, calidad profesional, vocación de crecimiento, identidad argentina y cercanía con la gente.
Ya en el día a día de mi trabajo, también quiero aprovechar estas líneas para agradecer a todos los que me han hecho llegar su apoyo y afecto personal.
Héctor Horacio Magnetto. CARTA DEL CEO DEL GRUPO CLARIN
lunes, 19 de febrero de 2007
Más sobre el escándalo del verano
"Comunicado: El Gobierno Nacional insiste en su hostilidad hacia el periodismo
El Foro de Periodismo Argentino (FOPEA) rechaza el tono revanchista de las palabras del presidente de la Nación Néstor Kirchner sobre las notas que anunciaron erróneamente que iba a haber un fallo adverso para la Argentina en la Corte Internacional de Justicia por el conflicto por las papeleras con el Uruguay.
Además, señala la necesidad de que los periodistas y medios argentinos pidamos disculpas a nuestros lectores, televidentes y oyentes por este error, y revisemos la relación con las fuentes de información del Gobierno que indujeron el equívoco, aunque la responsabilidad primaria es nuestra. No debemos romper el off the record-herramienta fundamental para nuestro trabajo-para señalar a nuestros lectores, televidentes y oyentes quiénes nos dieron información errónea, pero sí reforzar la necesidad de chequear la información que dan las fuentes oficiales con otras fuentes. En el caso de La Haya se trata de un tribunal cerrado pero habría que haber hecho el intento de todas maneras. Es hora de hacer una autocrítica sobre nuestra relación con las fuentes.
Paralelamente, esperamos que el Presidente también revise su relación con la prensa, brinde conferencias de prensa con la posibilidad de hacer preguntas, e impulse una ley de acceso a la información pública.
Buenos Aires, 23 de enero de 2007"
¿FOPEA insinúa que los periodistas que cubrieron el fallo de La Haya -entre los que hay miembros de esa agrupación- no intentaron conseguir información interna del tribunal y que en cambio actuaron operados?
¿Por qué cree FOPEA que el error que cometieron los medios argentinos -incluido Página 12- fue producto de una relación espuria entre periodista y fuente y por qué cree que este debe ser un caso testigo para debatir la relación entre periodistas y fuentes?
Acá está claro que los periodistas y funcionarios argentinos y uruguayos -porque ellos también creían que habría voto en contra de la Argentina- se dejaron llevar por presunciones y que ningún enviado especial o redactor se le hubiese ocurrido ir contra esa corriente.
En definitiva esa es la crítica que más debería hacerse. El corporativismo y la improvisación.
Hace poco leí una buena columna de Jorge Lanata donde refutaba todas las falsedades que los medios repetían del caso Gérez como verdades sólo porque era data que circulaba en los medios.
Es curioso que FOPEA interrumpa la colonia de vacaciones de enero para salir a cuestionar la virulencia presidencial, pero que al mismo tiempo se haga eco de las críticas que dispensa Kirchner y las apoye y pida profundizarlas.
¿Es Kirchner la persona indicada para dar o pedir lecciones de periodismo?
domingo, 18 de febrero de 2007
Magnetto, según Fontevecchia
El CEO de Perfil asegura que Néstor Kirchner le teme a Estados Unidos y Clarín y que desactivar o atenuar la amenaza del monopolio de medios será uno de los objetivos que se impondrá el Gobierno en la casi segura extensión de la estadía de la pinguinera en la Casa Rosada.
Lo que me resulta curioso es que Fontevecchia casi le da el último adiós a Magnetto, pero al trazar un perfil de él, no explica por qué Clarín y el CEO del grupo tienen el poder que tienen y ostentaron en los últimos 35 años.
Fontevecchia en ningún momento menciona la palabra monopolio y remata el texto que firma con una conclusión incompleta: "Independientemente del provecho que pudiera sacar para sí o su grupo, Magnetto es un dique de contención para un Gobierno con aspiraciones hegemónicas. La política no sería la misma sin él".
Claro, es un dique porque Clarín es tan hegemónico como este Gobierno que recién va por su primer período y Fontevecchia debería saberlo: si esta versión del diario que conduce y la anterior que fundó y fundió en 1998 no tiene más publicidad privada es por las prácticas comerciales de Clarín que él mismo alguna vez insinuó pero nunca se atrevió a denunciar pese a lo que perdudican en lo económico.
Ni hablar de Papel Prensa u otros negocios del holding.
El temor de K hacia Clarín reafirma que este Gobierno le teme a la prensa y no la desprecia como cacarean muchos empresarios y colegas, que se quejan de la poca información y contacto con periodistas que tiene el Presidente y sus colaboradores.
La información debería ser la mejor arma contra este Gobierno y no la dialéctica o los recursos de amparo para conseguir pauta publicitaria.
Se han escrito miles de palabras sobre Magnetto. Aquí me gustaría recordar dos anécdotas que para mi ilustran de manera acabada cómo es.
En 1995 el diario no difundió en una edición de domingo (la más vendida) una encuesta propia (creo que de la empresa del grupo CEOP) que le daba ventaja a José Bordón sobre Carlos Menem, cuyo comité de campaña negoció hasta la madrugada para que no se diera.
La otra tiene como protagonista a Carlos "Chacho" Alvarez, quien en plena construcción de la Alianza que lo depositaría en la Casa Rosada tuvo una reunión con el mandamás de Tacuarí.
Palabras más, palabras menos, en un momento de la charla, el dirigente dijo "nosotros la oposición". Magnetto lo interrumpió:
"No se equivoque Alvarez, la oposición somos nosotros (Clarín)".
viernes, 16 de febrero de 2007
El escándalo del verano
No consumí mucho los medios de comunicación en mis vacaciones. Pero me parece que el escándalo del verano no es Gran Hermano o la pelea Moria Casán-Carmen Barbieri sino este editorial de Julio Blanck en Clarín del día posterior a que el Tribunal de La Haya fallara "a favor" del Gobierno de Néstor Kirchner, contra todas las especulaciones previas.
El autodenominado gran diario argentino tenía un enviado especial en los Países Bajos y el mismo día de la resolución fue mencionado entre los periodistas que se equivocaron en el insólito discurso del Presidente.
Blanck escribió:
"En la edición de ayer dijimos que el fallo del Tribunal de La Haya sobre los cortes de ruta se preanunciaba adverso para la Argentina. Lo sostuvimos explicando que, en el mejor de los casos, el Gobierno esperaba una decisión dura en los considerandos pero más suave en su parte resolutiva. No fue así. El Tribunal falló contra el pedido de Uruguay.
Cometimos un error periodístico y pedimos disculpas a los lectores. Informamos de acuerdo con las noticias recogidas en las fuentes con acceso a las decisiones. Pero no hubo posibilidad de contrastar esos datos con el propio tribunal, que funciona con un hermetismo llamativo en comparación con la relativa permeabilidad de la Justicia argentina. Ese eslabón de la cadena quedó suelto. Y la cadena se rompió.
En el periodismo el error está siempre al acecho. Eludir la espectacularidad fácil, ajustar el rigor informativo y conservar distancia con las fuentes, que siempre son interesadas, equivale a vacunarse cada día contra el error, aunque hacerlo no garantiza inmunidad. Pero no hay otro camino para dar buen servicio al lector que sostener esa praxis profesional.
El fallo resultó inesperado. Y contra todo pronóstico -sobre todo el de los propios funcionarios involucrados-, evitó condenar los cortes de ruta tal como había solicitado Uruguay, al considerar que no le ocasionan a ese país los daños irreversibles que alegó sufrir.
Ahora se abre un escenario nuevo en el conflicto por las papeleras, más propicio al diálogo entre los gobiernos de la Argentina y Uruguay.
Con el fallo también se fortalecen los cortes de ruta, lo que supone una contrariedad para el Gobierno: lo deja con menos argumentos ante una protesta que lo incomoda y que ahora le resulta inconveniente en términos políticos.Todo eso es parte de la historia que viene. Esa historia ya se empezó a escribir en el diario que está ahora en sus manos".
Es llamativo que a Blanck le resulte hermética la Justicia de La Haya y permeable la argentina.
Pero es más increíble que diga: "Informamos de acuerdo con las noticias recogidas en las fuentes con acceso a las decisiones. Pero no hubo posibilidad de contrastar esos datos con el propio tribunal".
¿A quién consultó el enviado? Es obvio que las fuentes incluían a las del Gobierno y más obvio que Blanck manda en cana a su redactor y se justifica no ante los lectores sino ante la Casa Rosada. Porque también es evidente que el periodista llegó una conclusión y no que cometió un error.
Blanck podría haber criticado la virulencia presidencial, ¡pero ni siquiera lo menciona!
Por otro lado, lo saludable sería que algunos periodistas argentinos -pero en especial los editores- aprendan que la Justicia no tiene los mismos tiempos que los cagatintas, como lo demuestra también por estos días el caso de Nora Dalmasso. La prudencia es buena amiga de la credibilidad.
Cambia, todo cambia
Antes de que pudiera cambiar ví en los créditos a Eduardo Cura y Marcos Gorban. Cómo cambia todo no? Hace menos de 15 años Cura era uno de los líderes (y fundadores) de la mejor época de Telenoche Investiga y Gorban alternaba buenos informes especiales en Segunda Edición (la primera versión de la actual Zona dominical de Clarín) con el programa de Telefe Edición Plus que conducía Néstor Machiavelli y Lana Montalbán.
Cuando apagué la TV recordé que Rial hace unos años se colgaba de las tetas de los personajes que cuestionaban los contratos Gran Hermano del canal de San Cristóbal y ahora hablaba de programas históricos del reality como si fuera Sábados circulares.
Bueno, así como Gorban y Cura, los periodistas que presumían ser de investigación en los 90 ahora son funcionarios, consultores externos, gerentes de contenidos o empresarios periodísticos pyme con anunciantes monopólicos. Martín Granovsky (Télam), Gabriela Cerruti (secretaria de ¿DDHH? del gobierno porteño), Horacio Verbitsky (Página 12), Román Lejtman (América), Julio Villalonga (Cablevisión) y Jorge Lanata, por citar algunos.
Y al undécimo día resucitó
Como quemé el anterior delmedio.blogspot vuelvo con esta nueva URL. Y ahora a postear.